En primer lugar conviene definir lo que entendemos por juego y clases de juegos. Hay multitud de definiciones como por ejemplo las escritas por Caillois, Huizinga, etc. Según el Diccionario de Uso del español, juego es, «Cualquier clase de ejercicio que sirve para divertirse», matizando que pueden ser físicos, mentales o de azar…
Desde mi punto de vista, se puede completar la anterior como: «…normalmente está sometido a unas reglas siendo sencillos de medios, constituyendo uno de los fenómenos sociales más extendidos a través de los años.»
Los juegos autóctonos o juegos tradicionales, inevitablemente nos remiten a sus orígenes, que son los nuestros, y a la pervivencia de estos deportes, que también es una parte de nuestra cultura tradicional. La destreza manual, la puntería, la concentración y toda una serie de habilidades diversas se ponen a prueba en un marco de convivencia, de encuentro y de diálogo, como antaño ocurría entre los pastores que nos han legado buena parte de estos juegos.
Se habla de juegos o deportes tradicionales, populares y autóctonos. A continuación se ofrecen algunas de sus características más relevantes para tratar de diferenciarlos:
Juegos tradicionales
- Se conservan en los pueblos por transmisión intergeneracional.
- Se le atribuía al juego de los adultos de las clases tradicionalmente consideradas como cultas o aristocráticas.
- No se encuentran excesivamente reglados, sino el mutuo acuerdo entre los jugadores.
- Se pueden clasificar en juegos infantiles y de adultos.
Juegos populares
- Son el primer nivel de una serie de costumbres que existen en todos los pueblos y culturas.
- Se aplicaba a los juegos del pueblo llano.
Deportes populares o autóctonos
- Proceden de la evolución de los juegos tradicionales, con unas normas muy estrictas establecidas por las federaciones deportivas.